miércoles, 17 de junio de 2009

Una oración para el Rey Desconocido

Muchas hemos visto cuentos de hadas en donde nos hemos ilusionado con el "príncipe azul" y creemos que alguien así vendrá a nuestras vidas, tal vez para algunas se hizo realidad y tal vez otras ya no creen en el amor, más creo yo que el "príncipe azul" no existe pero estoy convencida de que sí existe la persona que encaja justo a nuestros zapatos, "para un roto siempre hay un descocido". Creo en el matrimonio y creo en el amor puro y es por eso que basada en mis esperanzas he realizado una "Oración para el Futuro Esposo", para aquel que no se conoce, pero que con unas palabras trato de crear los mejores deseos para aquel que algún día compartirá el resto de nuestras vidas, espero se sientan identificadas con mis palabras y que tal vez sea una bonita forma de pensar y pedir por aquel que bien se lo merecerá algún día.





Una oración para el Rey Desconocido

¿Quien eres tú? ¿Estarás atormentado en un altar de papeles? o ¿Tal vez estés con la mirada en el cielo esperando el amanecer?, tal vez de tu sonrisa rían las demás, tal vez estés viajando por lejanos meandros de caminos y sientas la naturaleza en el aire.
Tal vez te sientas solo, más en el silencio de la noche, en tus sueños oirás mis arrullos que te acompañarán y en tus amaneceres un aire de caricias correrá por tus mejillas.
Tal vez estés enamorado o tal vez te duela el corazón y tal vez sienta imaginarios celos, pero una canción de esperanza canto para que sepas que te espero sin saber en donde estás, sin saber si la escucharás.
Si te duelen las entrañas o si un perverso duende juega con tus defensas, no lo sabré, más hechizaré mis oraciones para que ellas te calmen del dolor.
De tus triunfos y derrotas la vida aplacará tu mansedumbre y te amaré por eso. Algún día te conoceré.
Le pediré a la lluvia que en sus cauces erosionados por sus aguas te enseñen el secreto del triunfo y que en una gota de rocío sientas la vida.
En tus momentos de turbulencia de los recónditos infinitos espacios en tu corazón, oirás una sabia voz, ella no se equivoca, le pediré un deseo a la estrella para que siempre la escuches.
Hoy desperté pensando en tí, pero tu ausencia me lleva al olvido, fabrico mi remedio que son estas palabras.
Que el Dios de la vida nos dé de Hansel pistas de piedras para encontrarnos justo como cuando la manzana madura cae en medio del manzanal.

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