lunes, 8 de febrero de 2010

De los Andes sus sueños.



Era el año 1985 y Ramón tenía diez años, vivía en las faldas de los escapados suelos de los Andes, en un pueblo llamado CoraCora. Nerón, su perro amigo fiel, lo acompañaba todos los días a correr por los valles semisecos, apenas iluminados por el alba, los vientos estivales, cargaban los aromas de los tunales, que crecían por doquier, los habían de todos los colores, Ramón cogía las tunas moradas, que eran las más ricas, cuidándose de sus amargas espinas y del saltar de sus tarántulas; buscaba a sus papás en los sembradíos de patatas y maíz, era época de lluvia, las hiervas libertinas crecían y procreaban alrededor, un paisaje de ensueño. Ramón, ayudaba a recoger las patatas maduras y echaba a los cuervos, que arrasaban con los maizales, ordeñaba a la vaca, para tener el desayuno, que su madre preparaba en medio de las cosechas. Después, iba a su colegio y en el camino le gustaba observar, a las viejitas abrigadas, sentadas afuera de sus chozas, para recibir el calor del sol matutino; jugaba con sus amigos de colegio, a los trompos, a las canicas y a veces transformaba a las pencas de tunas, en coches y a los gusanitos en pilotos, el dinero no alcanzaba para los juguetes. Al atardecer, llegaba a su casa, las velas iluminaban las paredes de barro y sentados allí, sus papás lo esperaban con la leche caliente, el pan chapla con queso y un rico caldo de gallina. Dormían muy temprano, desde su cuarto por la ventana, Ramón observaba a las estrellas, dibujaba formas, casi siempre armaba coches y pistolas, el cielo era muy negro y la luz de la luna llena, alumbraba sus grandes ojos marrones.


Los días y las noches no tenían tiempo en CoraCora y la calma reinaba, pero a los vientos tormentosos, les gustan los cielos quietos. Un día, saliendo del colegio, Ramón oyó unos sonidos parecidos al reventar de los globos, pero eran más fuertes e incesantes, Ramón se asustó y rumbo a su casa, vio las velas de las demás chozas, apagadas, escuchó llantos, gritos y sintió el olor a pólvora, corrió, mientras se le estrujaba el corazón, un dolor fuerte y empezó a llorar, cuando divisó a lo lejos, su choza en tinieblas, se acercó lentamente a la ventana, y advirtió unos hombres armados adentro y escuchó dos disparos, un ¡No! explotó en su interior y el pánico cerro sus labios, desvalido, lloró amargamente y al ser descubierto, sobrecogido corrió por las pampas, corrió por los tunales, perdiéndose entre las espinas y las cuevas de los cerros, allí, escondido y quieto, a lo lejos escuchó acercarse el fragor de la tormenta, su pecho empapado por las lágrimas, se afligió y sintió frio, por un segundo, dos, cerró los ojos y durmió, - papá, papá- escuchó vagamente, - papá, papá-, lo despertó, sus ojos tenían aun lágrimas, - papá, papá- le decía la voz de un niño, lo miró, miró su cuarto y a su costado dormía su esposa, vio por la ventana y era una mañana de tormenta en Ayacucho, veinte años después, veinte años de noches frías y de sueños, que noche tras noche, resucitaban viejas lágrimas, por la pérdida, por el terror del que fue víctima. Ramón se levantó y abrazó a su hijo, su corazón afligido, se llenó de esperanza y se alegró, de que estuviera allí para protegerlo del frio, de la lluvia, de la soledad y sintió que los vientos nuevos, cargaban calor y renovaban su día.

Basado en hechos reales. Dedicado a las víctimas del terrorismo y haciendo un grano de arena, con la esperanza de que nunca más se repita en el mundo.



domingo, 1 de noviembre de 2009

Dos ángeles

Con memorando el día de los muertos o "todos los santos" como se conoce también, he recordado a los míos, que yacen muy lejos, además de recordar los deliciosos dulces y manjares que se preparan en Ayacucho, como las ricas "Wawas" (Palabra quechua que significa niño y es un biscocho en forma de niño), y de añorar las demás celebraciones tradicionales y costumbres familiares. Pero extrañamente, mi pensamiento viajó por esos lugares de mi infancia y tuvo un recuerdo, que más es una añoranza o una nostalgia, pensé en dos almas que nunca conocí, dos ángeles que fueron muy allegados a mí, que yacen tal vez por los fríos campos no olvidados de Huamanga. ¿Porque no nace un niño? o ¿Porqué vive tan poco tiempo?, tal vez es muy duro sentir o preguntarse esto, dicen por ahí "la naturaleza es sabia" y tal vez sólo los que podemos vivir o sobrevivir a una vida, tenemos la fuerza de nacer y seguir con vida. Pero de algún modo aunque no se hayan conocido para amar a estas personitas, su efímera existencia deja con amargura un retazo de amor y calidez que uno carga el resto de su vida, en el corazón, el la ilusión, en las memorias. Sé que se abriga la paz y la aceptación el sentir que son como unos ángeles de la guarda y que están mejor en la otra vida, si existe, o donde el resto de su existencia descansa en paz y que la oración ayuda para cualquier religión o sin religión el pedir por la tranquilidad.
Algo se aprende de esta vivencia y es el saber lo valioso que es la vida, saborear su delicadeza y pensar en sus intenciones contigo, si te hace tropezar con alguien en el camino es para regalarte algo, aprendes a aceptarla con sus apagones.

martes, 1 de septiembre de 2009

“Para Siempre” .... Al primer amor.


En esta entrada he querido dedicar unas palabras al primer amor, espero les guste o se sientan identificados.

“Buscaron el amor para beber todos sus vinos, besando calmaron en su boca, toda su sed de amar”



“Para Siempre”
Al Primer Amor


En el abrigo de los árboles y la hierba,
en la noche serena dos almas,
secretos de amor se cuentan;
su pecho el latir del corazón siente,
cual bombo en marcha de su amada,
en el estrépito del primer beso.

Un camino de rosas para su amada prepara,
esperando sus abrazos de osa;
unos pétalos secos de rosas fabrica ella,
en una carta de amor y fantasía,
llevando en ella enigmas de dulzura;
aguas cristalinas, ángeles cantores.

Anhelos con toques de esperanza,
miradas que se pierden en las pupilas
y un "para siempre" brotan de sus abrazos.
Canciones robadas, poemas inventados,
en un tumulto de lágrimas internas,
se regalan los enamorados.



Caminatas sin rumbo, lugares felices,
flores cortadas, juegos de niños;
noches sin tiempo, encuentros eternos,
una oración de amor de corintios,
el espíritu es sus corazones habitó,
obraron juntos.

El su rey, un diamante ante sus ojos,
la ternura calmo sus afligidos corazones;
un tiempo único, una persona única,
que se roba sus memorias de amor,
que cuidaron, que vieron nacer y crecer,
la oscura inexperiencia los acecha.

Es el primer amor que no muere,
que perdura en las llagas,
en la ternura, en el recuerdo;
que vive en la experiencia,
en el retoño de los girasoles,
en las cartas de amor.




"Que feliz soy mientras sonríes y me abrazas con amor"

A mi primer amor, por ocupar una parte importante de mi vida y porque juntos descubrimos por primera vez lo que era el amor.

jueves, 9 de julio de 2009

Un meñique que sostuvo para siempre


Natali tenía 3 años, era entonces hija única de un matrimonio pasional. Tenia grandes ojos negros como la noche serrana, brillantes como estrellas, sus pequeños labios color carmín, la nariz cual botón, sus cabellos eran negros y muy largos para ser tan pequeña, su dulzura enloquecía a las abejas, su sonrisa iluminaba la oscuridad, su piel imitaba el color de la canela y su corazón era de oro, así le decían sus abuelos. Jugaba en su casa encantada, sus muñecos eran sus compañeros de risas, a veces solía salir a las calles a ver pasar los vientos en forma de pequeños remolinos, le robaba las hojas a las flores para sus juegos de cocina y adoraba a las mariquitas que se estacionaban en su brazo.
Imitaba con esfuerzo el silbido de su padre, que a sus oídos era más bello que el canto del Ruiseñor, un sonido que antelaba su llegaba. Lo esperaba en las tardes para recibir sus caramelos preferidos y un decir “nono coco” que en el lenguaje de Edipo significaba ¿Te quiero, tu me quieres? que era más dulce que el caramelo, que enrojecía su pequeño corazón más que la sangre, le daba mas aire que sus pulmones, le alimentaba mas que la leche y que amaba mas que a sus muñecos. Lo extrañaba cuando partía cada mañana y sentía celos monstruosos cuando besaba a su madre. Un pequeño anillo calmó su remolino de sentimientos, un regalo con un abrazo tierno de su primer amor, que después extrañaría en sus dedos adultos. Un sentimiento que esculpió la forma de su corazón, un silbar que nunca aprendió, pero busco imitarlo al compás de una guitarra, un abrazo sollozado de amor que le enseño la fragilidad de un hombre, un perfume como el olor de los campos florales en una mañana lluviosa, miradas que atravesaban sus ojos como lanzas, noches de vigilia que le daban calor de protección, un meñique que sostuvo con su pequeña mano para siempre, unos besos sonrosados que buscaría en las brisas nocturnas de las montañas, unas palabras de aliento que serian el elixir de su vida.
Es la forma de amar de los hombres casi perfectos, que son nuestros padres y que tejen tempranamente fuertes fibras de amor en una hija, un amor incondicional, un sacrificio, un abandono, un entregar todo lo más hermoso que tienen por encima de las imperfecciones, un tiempo hermoso atrás, un cariño antiguo, cuyas canas sirven de comprensión, cuyas arrugas sirven de retorno.

domingo, 28 de junio de 2009

¿Qué es lo más importante?


Vi hace algunos años a un joven de 14 años aproximadamente, cuyo rostro se quedó grabado en mis memorias, cuyo momento formó parte de mis reflexiones de la vida y que no olvido. Era una mañana de un sábado y estaba andando por una zona, la más residencial de Lima, cuando en mi camino se atravesó un joven al que llamo Ángel, debido a su expresión angelical que derramó en mis ojos, de pronto Ángel se me acerco y me pidió ayuda; note en sus hermosos ojos pardos las lágrimas atiborradas a punto de desfallecer, el color rojo asesinando el brillo de sus pupilas, su mirada vacía como si su alma vagara por el infinito, su expresión de derrota frente a su sumisión ante las drogas, sus cabellos eran largos con ondas meneadas por el viento, su voz entonaba los chasquidos de las rocas cual aluvión y andaba como si un perro jalara de sus pantalones. ¡Ayúdame! me dijo, ¡ayúdame! insistía, pero su clamor no tenia razón alguna en sus labios, solo pedía ayuda, como si clamara ayuda para aliviarlo del dolor, como si rogara que las lágrimas se secaran con el calor de un abrazo, como si sus ansias extremas lo ahorcaran, como si la tristeza misma llorara al verlo. Aquel joven debería tener una familia y que por sus vestidos denotaban estar lejos de tener carencias económicas, pero que si estaban al borde de caer por el acantilado del desamor, de la indiferencia y del descuido.
¿Qué es lo más importante?, me pregunto, a veces nos dedicamos con exceso de esfuerzo a cosas no tan vitales, la confusión y la preocupación nublan la mente, a veces olvidamos que es lo más importante y no sabemos dar tiempo de calidad a cada cosa. El vacío que se deja en los hogares lo suelen ocupar las madrastras de las drogas, el alcohol y demás vicios. Solo encuentro una salida frente a las demandas de la agotada vida y el poco tiempo, “Dar horas de amor, dar horas de calidad a nuestros seres queridos”.
Ángel se fue sin más, me dejo intrigada con sus palabras sin saber que hacer. Ahora no se como estará y una pequeña llaga se forma dentro de mi de solo pensar que estará aun más preso de las drogas. En este mundo hay muchas vidas y cada una es más complicada que otra, algunos tienen la suerte de vivir una vida casi feliz y otros sin pedirlo no viven sino solo agonizan, no se si habrá un equilibrio, no se si habrá justicia, pero sí tengo un regalo de Ángel, un aprendizaje que comparto y solo pienso que esto hará que cada vez, cada momento, cada hora, cada minuto, aprendamos a ser mejores entendiendo que es lo que sí y no debemos hacer.

miércoles, 17 de junio de 2009

Una oración para el Rey Desconocido

Muchas hemos visto cuentos de hadas en donde nos hemos ilusionado con el "príncipe azul" y creemos que alguien así vendrá a nuestras vidas, tal vez para algunas se hizo realidad y tal vez otras ya no creen en el amor, más creo yo que el "príncipe azul" no existe pero estoy convencida de que sí existe la persona que encaja justo a nuestros zapatos, "para un roto siempre hay un descocido". Creo en el matrimonio y creo en el amor puro y es por eso que basada en mis esperanzas he realizado una "Oración para el Futuro Esposo", para aquel que no se conoce, pero que con unas palabras trato de crear los mejores deseos para aquel que algún día compartirá el resto de nuestras vidas, espero se sientan identificadas con mis palabras y que tal vez sea una bonita forma de pensar y pedir por aquel que bien se lo merecerá algún día.





Una oración para el Rey Desconocido

¿Quien eres tú? ¿Estarás atormentado en un altar de papeles? o ¿Tal vez estés con la mirada en el cielo esperando el amanecer?, tal vez de tu sonrisa rían las demás, tal vez estés viajando por lejanos meandros de caminos y sientas la naturaleza en el aire.
Tal vez te sientas solo, más en el silencio de la noche, en tus sueños oirás mis arrullos que te acompañarán y en tus amaneceres un aire de caricias correrá por tus mejillas.
Tal vez estés enamorado o tal vez te duela el corazón y tal vez sienta imaginarios celos, pero una canción de esperanza canto para que sepas que te espero sin saber en donde estás, sin saber si la escucharás.
Si te duelen las entrañas o si un perverso duende juega con tus defensas, no lo sabré, más hechizaré mis oraciones para que ellas te calmen del dolor.
De tus triunfos y derrotas la vida aplacará tu mansedumbre y te amaré por eso. Algún día te conoceré.
Le pediré a la lluvia que en sus cauces erosionados por sus aguas te enseñen el secreto del triunfo y que en una gota de rocío sientas la vida.
En tus momentos de turbulencia de los recónditos infinitos espacios en tu corazón, oirás una sabia voz, ella no se equivoca, le pediré un deseo a la estrella para que siempre la escuches.
Hoy desperté pensando en tí, pero tu ausencia me lleva al olvido, fabrico mi remedio que son estas palabras.
Que el Dios de la vida nos dé de Hansel pistas de piedras para encontrarnos justo como cuando la manzana madura cae en medio del manzanal.

martes, 9 de junio de 2009

Momentos


Estos sentimientos, nacen en momentos en que no puedes moverte, cuando estas atorado en la silla o en la cama sin saber que pasa.



"Momentos difíciles, que acuchillan mi mente, una roca aplasta mi fuerza y no puedo moverme y no puedo sentir. ¿Qué es esto? Me digo a mi misma, ¿Qué es lo que se apodera de mí?, esta sigue en mí y no me deja avanzar.
Momentos y no puedo moverme y al acostarme en mis aposentos la ansiedad y la culpa se apoderan de mis sueños y de mi vida. Quiero que me den un adiós y estar libre y poder volar, pero son fuertes y vuelven como olas y me arrastran como vientos tormentosos, pero momentos sólo son y pasaran".